martes, 10 de noviembre de 2009

EL "AQUI" Y EL "AHORA"


Nuevamente estoy de regreso. No había podido escribir debido a que en este año del 2009 he padecido la enfermedad física de Diverticulosis que limitó mis actividades. Estuve hospitalizado en 2 ocasiones; una por dolor=Diverticulitis (que no es nada agradable) y otra para operarme. Para evitar complicaciones que hubieran puesto en riesgo mi vida (como haber tenido sangrado por recto o peritonitis), me tuvieron que operar quitándome 60cm de colon. Afortunadamente estoy en franca recuperación y listo para reiniciar mis actividades cotidianas. En estos días de convalecencia he leído y actualizado el tema de chamanismo y la terapia con tambor. Les relataré en próximos blogs nuestra experiencia con dicho instrumento así como los resultados de estudios científicos.
Pero es más importante relatarles que durante el período de mi enfermedad y antes de mi cirugía, estuve viendo las películas (que les recomiendo ampliamente) El Camino del Guerrero (Peaceful Warrior) y el Círculo de Hierro o La Flauta Silenciosa (Circle of Iron) que me sirvieron para darme cuenta de que era mi momento, mi “aquí” y mi “ahora”. No existía ni el pasado ni el futuro. Era solamente el hoy. Era solo yo y mi destino que me había forjado en el transcurso de mi vida.



Una de las causas de la aparición de la Diverticulosis es el estrés. Ahora se sabe que el 90% de las enfermedades de hoy en día se deben al estrés=reacción fisiológica del organismo para afrontar una situación que se percibe como amenazante y que incluyen psicológicamente los mecanismos de defensa. Es por demás ser reiterativo que la tensión emocional y física condicionada por el estrés provoca disturbios nerviosos que afectan los neurotransmisores y por ende los órganos, resultando en alteraciones de la homeostasis, que a futuro se materializarán como diabetes mellitus, hipertensión arterial sistémica, asma bronquial, diverticulitis, colitis crónica, enfermedad por reflujo gastroesofágico, infarto al corazón, accidentes vasculares cerebrales por mencionar algunas enfermedades. A nivel psicológico producen depresión y ansiedad. Todo ello incluye una miríada de padecimientos crónico-degenerativos que se observan en los pacientes de la 3ª. Edad y que actualmente ya los comenzamos a diagnosticar desde los 40 años de edad.





Pues bien, yo he sido un individuo que se estresa demasiado. Ahora con la responsabilidad como médico de la vida de mis enfermos se ha incrementado esta tensión emocional que está presente desde mi niñez y de ahí el resultado de mi padecimiento que fue solucionado quirúrgicamente. Me mantuve en soledad observando mentalmente mi conducta ante la vida desde mi infancia hasta la actualidad. Me di cuenta que debo cambiar mi manera de comportarme y prestar más atención al silencio mental. Esto es muy hermoso decirlo, pero aplicarlo a la vida cotidiana no es fácil, y sobre todo haberlo “captado” intelectualmente creo que ya es un paso gigantesco. Comprobé que ya no tengo más que leer, ni más consejos, ni acudir a templos para encontrar una solución puesto que en mi interior yacen dormidos y necesitan despertar. Se requiere vivir el momento en el “aquí” y en el “ahora” y dejarse fluir por la vida y actuar en el momento en que hay un desafío o prueba. De hecho la palabra Ritmo significa Fluir. Por ende debo dejarme fluir por el ritmo del Universo.



Antes de que me intubaran durante la anestesia, mis únicas palabras mentales fueron: “debo dejarme fluir, es mi momento, es el aquí y el ahora”. Gracias a esto mis signos vitales se mantuvieron estables durante la operación quirúrgica, y los cirujanos pudieron hacer un excelente trabajo. Me di cuenta que el Creador nunca nos abandona y en los momentos que se encuentra uno mal física y emocionalmente, realmente es solo una imagen mental lo que nos hace pensar de esta manera y por ende de tener la sensación de estar aislados, porque en esencia el Creador siempre está con nosotros y a través de otras personas o cosas nos habla para indicarnos que estará siempre protegiéndonos; lo que ocurre es que nunca lo escuchamos.
De todo esto me hizo que “me cayera el veinte” (en México se dice de esta manera cuando hemos comprendido algo trascendental) en mi soledad mental gracias a mi enfermedad. También aprendí que debo dar a todos sin esperar recompensa alguna, porque nací para servir y dar amor, porque en la manera que dé se me dará.



Gracias doy al Creador por haberme dado la oportunidad de vivir y de todo lo que me ha brindado. Gracias a todos mis colegas médicos que me ayudaron a salir bien de mi operación y a todos mis semajantes que se preocuparon por mi persona. Gracias mil a todos mis pacientes que me visitaron y me dijeron que tenía que luchar porque ellos me necesitan. Gracias al Creador que a través de la ventana en mi cuarto del hospital me saludó con la lluvia, los rayos del Sol, el vaivén de las ramas de los árboles y el canto de los pájaros. Gracias porque el Creador me dio la oportunidad de poder aún disfrutar su obra para que nosotros seamos felices y vivir en armonía. Gracias a ti humilde lector que lees estas líneas y que ojalá, con mi experiencia que te he relatado, llegue a tu Ser como a mí me ocurrió, y espero te sirva para que te descubras a ti mismo, en esta búsqueda que no tiene fin.
Recuerda que cuando rezas le hablas a Dios o como quieras llamarlo, y cuando meditas es que escuchas lo que Dios tiene que decirte. La enfermedad no es tan mala como pensamos, es el pensamiento que nos hace suponer esto, porque en esencia la enfermedad es un catalizador para estar en comunión con el Creador, y cuando nuestra vida está en riesgo es cuando más meditamos.
La felicidad no es un fin en si mismo. La felicidad la obtenemos y disfrutamos en lo que hagamos a lo largo de nuestro "viaje en la vida" que es el fruto de nuestras acciones.