Nosotros, los seres
humanos, hemos usado el sonido desde la Creación para obtener y expresar
información sobre el mundo que nos rodea. Los usos del sonido para sanar son
muy antiguos, y han estado limitados a las tradiciones espirituales y
esotéricas. En los últimos años el uso del sonido como una modalidad
terapéutica se ha convertido en un enfoque de trabajo para las comunidades médicas,
sobre todo en el campo de la Oncología.
La base científica de la
Terapia con Sonido descansa sobre el principio de la "Resonancia en Simpatía" (Resonancia es la frecuencia a la
cual un objeto vibra), cuando un objeto vibrante provoca vibraciones en
otro objeto. El ejemplo más conocido es cuando una cantante rompe un vaso
de cristal con la voz. Las ondas sonoras se propagan en el aire, desplazando
las moléculas hasta llegar al otro objeto, que no tenga otra opción que igualar
(o por lo menos, intentar) las vibraciones recibidas. En el caso del vaso de cristal, que es muy rígido, no puede vibrar en sintonía con el sonido, y el resultado es
que se rompe. Por supuesto en esta terapia no se trata de romper, sino
restablecer armonía y coherencia en el cuerpo físico y sus campos energéticos
que lo rodean.
Todo el universo está en
estado de vibración. Esto incluye al cuerpo humano. Cada órgano, hueso, célula
y cualquier otra parte del cuerpo (y su campo energético), tiene una frecuencia
vibratoria sana. Si vibramos con pensamientos y emociones negativas originados
por nuestras responsabilidades ante las exigencias de nuestra vida cotidiana,
nos provocan estrés y ansiedad; y por ende enfermedades físicas y psicológicas
en el transcurso de nuestra existencia. Es decir que la frecuencia sana, se
cambia a una frecuencia que vibra sin armonía, creando la enfermedad. A través del sonido, y especialmente
nuestras propias voces, podemos proyectar
a la parte que está enferma, la frecuencia de resonancia correcta, devolviéndola
a su frecuencia normal. Esto producirá la sanación.
Por lo tanto, se puede
tratar de romper energías cristalizadas y/o estancadas tanto en los campos
energéticos que rodean al cuerpo, como en el propio cuerpo físico con sus emociones
a través de la terapia con sonido.
Los instrumentos
utilizados para tal fin, como se ha mencionado anteriormente son:
La Voz - El
instrumento sin duda más poderoso y eficaz a través del Canto de Armónicos
(técnica vocal que permite a una persona hacer DOS o MÁS sonidos a la vez) y la
Entonación (hacer sonido con una vocal alargada durante un período
prolongado).
Cuencos cantores (los conocidos 'Cuencos Tibetanos' - metálicos y Cuencos de Cuarzo) así
como las Campanas Tibetanas.
Diapasones terapéuticos que son aplicados al cuerpo físico.
Tambores chamànicos, Didgeridoo, Tambores Oceánicos (en nuestra cultura serían los palos de lluvia), Gongs y Sonajeros o Maracas.
Los beneficios de esta
terapia es que produce en el cuerpo físico la Respuesta de Relajación, es decir, bajan las frecuencias
respiratoria y cardíaca, baja la tensión arterial, baja la temperatura corporal
y por ende disminuye el estrés y la ansiedad, provocando una sensación de
bienestar psicofísico. La Respuesta de Huida
o de Combate es lo opuesto a la Respuesta de Relajación.
Uno de los pioneros en la Terapia con Sonido es Jonathan Goldman que estableció 3 principios en la sanación con la voz:
Frecuencia + Intención = Sanación
Visualización + Vocalización = Manifestación
Frecuencia + Sentimiento = Efecto
En conclusión, el efecto sanador del sonido es a
través de la Resonancia, y el instrumento más poderoso es la Voz Humana, ya que
contiene Consciencia que proyecta en el paciente. Hasta pronto.